La planta mezcladora de Weinheim sigue nuevos rumbos en el reciclaje de papel, cartón y cartonaje –unos rumbos respetuosos con el clima y razonables económicamente a la vez–. Ahora los trapos sucios de grasa se lavan, no se tiran.
Reciclar significa: los residuos se utilizan como lo que se conoce por materias primas secundarias para crear nuevos productos. Hacer algo nuevo, a partir de una cosa usada; los residuos se convierten en desechos reciclables. Este modo de proceder sostenible lo sigue ahora la planta mezcladora de materia prima de manera incluso más responsable que antes.
Desde hace mucho tiempo, en la planta mezcladora se separan, por supuesto, el papel y los residuos de cartón y envases. La novedad está en el cómo. Previamente los residuos se echaban en un contenedor grande, abierto por arriba. Cuando éste estaba lleno, una empresa lo recogía y lo sustituía por otro contenedor. Había que abonar un alquiler por cada contenedor y además una tarifa de transporte.
Actualmente, cuando se recogen los residuos de papel, el sitio que ocupaban antes los contenedores se queda libre. La planta mezcladora de materia prima dispone ahora de una enfardadora que comprime los voluminosos residuos de papel en fardos compactos. Estos fardos se almacenan entonces provisionalmente, sin necesidad de emplear contenedores, en el antiguo lugar de emplazamiento de dichos contenedores. La gran ventaja radica en que los residuos enormemente compactados por prensas requieren ahora mucho menos sitio.

Menos transporte significa menos emisión de CO2
Consecuentemente, en el anterior sitio de emplazamiento de contenedores cabe más residuo de embalaje prensado que antes, para ser exactos, 36 fardos con un peso de 350 a 400 kilogramos. Esto significa que los residuos deben ser recogidos con mucha menos asiduidad. “Nosotros reducimos el número de viajes de transporte en 80 por ciento, hasta el 20 por ciento”, indica Christopher Stiglmeier, HSE Officer, Mixing Facility Weinheim.
Desde el punto de vista económico, se suprime tanto la cuota de alquiler de los contenedores como también una gran proporción de los costes de recogida. “La prensa se amortiza en unos cuantos años”, ha calculado Stiglmeier. En cuanto a los aspectos de la sostenibilidad, menos transporte significa menos emisión de CO2. Por añadidura, el nuevo asociado garantiza llevar el papel usado directamente a una fábrica de papel cercana: para su reutilización, no para su eliminación por incineración –término especializado: recuperación térmica de materiales–.
A propósito de incineración, aquí “dan a parar” por lo general también los denominados medios de producción manchados de grasa, sobre todo los trapos que se emplean para limpiar en la planta mezcladora. Esto se ha acabado ahora. Limpiar en lugar de incinerar es el nuevo lema de una empresa de servicios textiles que emplea sus propios trapos de limpieza reutilizables en la planta mezcladora. “13.000 trapos reutilizables empleamos actualmente aquí. Gracias a esto hemos podido reducir a menos de un cuarto la cantidad anterior de los medios de producción calificados como residuos peligrosos”, informa Stiglmeier.