
“36 grados y va a hacer todavía más calor” es la traducción libre del título de una canción popular alemana que las emisoras de radio ponen sin parar cada verano. La alegre y exitosa canción deja, sin embargo, una mala sensación: incluso en latitudes templadas se supera a menudo la marca de 40 grados Celsio. Los récords de calor se suceden uno tras otro y el 2023 es uno de los años más calurosos desde que existen registros de temperatura. Nuestra Tierra tiene fiebre. El clima hace amagos de entrar en desequilibrio –con unas repercusiones devastadoras, desde fenómenos meteorológicos extremos como sequías, incendios forestales, deforestación, tormentas e inundaciones, hasta flujos migratorios forzosos por la hostil desertización de regiones lo cual las convierte en zonas inhóspitas–.
En las empresas son clave las inversiones en producción sostenible (huella ecológica propia) y en innovaciones técnicas (huella ecológica del cliente) para limitar el calentamiento global y rediseñar positivamente el futuro. Freudenberg Sealing Technologies (FST) tiene aquí mucho que ofrecer.
Cuando los meteorólogos e investigadores climáticos hablan sobre el clima se están refiriendo al tiempo climático. No piensan en las zonas de alta y baja presión ni en las precipitaciones de ayer, hoy o mañana. Pues no, los científicos toman como referencia espacios de tiempo a largo plazo, décadas e incluso siglos; y determinan valores, como por ejemplo, los referentes al desarrollo de las temperaturas. En lenguaje llano: el clima es la estadística del tiempo climático.
La valoración científica de esta estadística no pronostica un futuro halagüeño para nuestro planeta. Las tendencias a largo plazo dan mucho en qué pensar: las temperaturas ascienden casi de forma continua año tras año, esto se puede demostrar con toda rotundidad. Adicionalmente, es un hecho que las temperaturas suben –comparadas con otras épocas de la evolución terrestre– extremadamente rápido, sobre todo desde este milenio. Por lo tanto, cuando hoy se habla de cambio climático no se habla de otra cosa que del estado de nuestro planeta, de la prevalencia a largo plazo de la vida humana en la Tierra.
Causa natural o por acción humana
Los mecanismos e interacciones en el sistema climático son extremadamente complejos. Para entenderlos se necesitan conocimientos especiales. La gran mayoría de científicos están de acuerdo en que los vertiginosos cambios globales del clima no se pueden deber a procesos puramente naturales. Ante los desarrollos demostrables científicamente, ellos hablan del efecto invernadero antropogénico ocasionado por acción humana. Aquí conviene saber que, como el tejado de un invernadero, la atmósfera terrestre produce un efecto invernadero natural. Este aumento de temperatura de más de 30 grados Celsio crea las condiciones necesarias para la vida que nosotros conocemos. Responsables de este fenómeno natural son sobre todo el vapor de agua, pero también determinados gases, como el dióxido de carbono (CO2) o el metano.
El efecto invernadero natural es reforzado por la penetración en la atmósfera de gases adicionales. Destacan especialmente los muchos mil millones de toneladas de CO2 que los humanos generamos con la producción tradicional de corriente eléctrica, de mercancías y productos alimenticios en la industria y la agricultura, con la calefacción de inmuebles, los traslados por carretera y en avión, además del transporte de mercancía. Para todos estos fines hasta ahora se emplean principalmente fuentes de energía fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas. Su combustión calienta la Tierra gradualmente año tras año. El creciente número de temporales y catástrofes naturales, como los demoledores incendios forestales ocurridos en Canadá y Grecia o las inundaciones en Libia, nos hacen ver a todos las consecuencias inherentes.
La electricidad como energía universal
Las soluciones son obvias. Antes que nada requieren toma de conciencia, actitud responsable y voluntad de actuación. De todo esto dispone Freudenberg. La empresa se ha propuesto lograr unos ambiciosos objetivos climáticos. En primer lugar, Freudenberg pretende minimizar su propia huella ecológica, en especial por medio de la eficiencia energética. Encontramos un ejemplo de ello en esta edición de SEALING WORLD: FST aprovecha el calor residual de las instalaciones de producción para calentar los edificios y los procesos de fabricación (véanse aquí).
En segundo lugar, FST centra el foco de sus actividades de investigación y desarrollo en el fomento de nuevas tecnologías, especialmente para la generación y el almacenamiento sostenibles de energía. Con ingenio y fuerza innovadora tender un puente hacia el futuro –así reza su exitoso principio rector–. Las innovaciones y productos sostenibles de Freudenberg maximizan en la actualidad la huella ecológica de sus clientes. Esto significa que los mismos reducen el consumo de recursos naturales y la emisión de CO2 en los equipos de los clientes. Bien sea en aplicaciones tradicionales como los modernos motores de combustión de vehículos o bien sea en las tecnologías del futuro, desde baterías hasta pilas de combustible. FST ha creado equipos de incubadoras dedicados exclusivamente al desarrollo y lanzamiento en el mercado de productos que FST considera muy importantes y prometedores para cumplir dichos objetivos. Llevan el nombre de Wave Guide Antenna, Busbar, Cell Cap, Thermal Barrier y H2 Energy Stack.
En todas estas innovaciones son clave la corriente eléctrica procedente de fuentes de energía renovable. La energía verde es la energía universal con la cual es posible refrigerar y caldear de forma amigable con el medio ambiente, pero también producir, transportar y permitir la comunicación mundial de manera sostenible. Consecuentemente, con respecto a la huella ecológica propia, para Freudenberg la electrificación sistemática de los procesos es uno de los cuatro pasos que conllevan a la deseada neutralidad climática. En cuanto a la huella ecológica del cliente, los productos de sellado para plantas eólicas o las nuevas soluciones para vehículos eléctricos de baterías son distintas manifestaciones del tema electrificación al que FST se dedica de forma intensa desde hace años.
Asimismo FST dispone de prometedoras soluciones para la industria del hidrógeno que trascienden ampliamente el clásico negocio de productos de sellado. Aquí el objetivo es producir hidrógeno en electrolizadores empleando energía verde y con ayuda de las tecnologías de FST, y entonces utilizarlo por ejemplo para producir calor o corriente eléctrica por medio de pilas de combustible. Tales escenarios ofrecen signos de esperanza y confianza para nuestra Tierra. Simultáneamente ofrecen a FST las mejores perspectivas para preservar sus rentables negocios.