Claus Möhlenkamp, Chief Executive Officer de Freudenberg Sealing Technologies (FST), echa un vistazo a la crisis energética actual y explica sus repercusiones en FST, las posibilidades que ofrecen las energías renovables a la empresa y la correspondiente estrategia empresarial.
Señor Möhlenkamp, hagamos una breve retrospectiva: ¿Cómo fue el ejercicio 2022 para Freudenberg Sealing Technologies (FST)?
El ejercicio 2022 fue nuevamente inusual y complicado. Estuvo determinado por temas de dominio público: las interrupciones y cuellos de botella en la cadena de suministros, sobre todo en el sector químico y de microprocesadores, lo cual repercutió en nosotros a través de nuestros clientes de la automoción; otro tema fueron los confinamientos en China debidos al COVID-19. A esto se unió el factor desfavorable de la guerra en Ucrania. Como resultado de todo ello sufrimos los efectos derivados de la subida de los precios energéticos, a los que todos nos enfrentamos, y asimismo la creciente inflación. En resumen, no fue fácil para FST alcanzar los objetivos propuestos. Pero nosotros tomamos a tiempo medidas eficientes para contrarrestar estos efectos –y logramos de esta forma alcanzar los indicadores esenciales de facturación, resultado y liquidez–. Nuestros colaboradores hicieron un trabajo magnífico en todas las áreas problemáticas. Por ello nuestro negocio operativo siguió avanzando a pesar de las condiciones adversas.
¿Cómo lleva FST la crisis energética actual? ¿Qué repercusiones tiene en nuestra situación económica?
La guerra en Ucrania ha afectado sensiblemente los precios y costes energéticos. Así y todo no se han cumplido hasta ahora los peores temores iniciales sobre el desplome del suministro energético en Europa. Actualmente se dispone de la energía necesaria, pero los precios se han incrementado de forma drástica. En algunos países, la energía cuesta hoy tres, cuatro e incluso cinco veces más que antes; en otros, los incrementos llegarán presumiblemente el año próximo. En EE UU la situación no es tan tensa. Si bien es verdad que los costes han subido también allí, pero de lejos no tanto como en Europa. No obstante, esto afecta a todo el mundo, aunque las repercusiones lleguen desfasadas y con distinta fuerza. Hablamos de un mercado energético que opera a escala global. Sin embargo, actualmente China y la India están excluidas en gran medida de esta subida de los precios energéticos. Estos dos países siguen comprando a Rusia petróleo y gas, probablemente a precios moderados.

¿Ha llegado la hora de las energías renovables? Si es así, ¿qué posibilidades ofrecen estas a FST?
Los objetivos mundiales en cuanto a la protección del clima están definidos claramente y son inamovibles. A largo plazo ninguna vía puede dejar de lado la sustitución de los combustibles fósiles ni las energías renovables. Estamos muy bien preparados en lo que a esto respecta y disponemos de un amplia cartera de productos. Además somos muy innovadores. Desde energía fotovoltaica pasando por energía eólica hasta llegar a hidrógeno “verde”: hemos desarrollado soluciones para todas las aplicaciones. Paradójicamente, ahora la falta de gas y petróleo provoca sobre todo en Alemania una vuelta al carbón. A veces se siente como si diéramos dos pasos hacia adelante y entonces uno hacia atrás. Pero la tendencia está claramente definida: nosotros nos posicionamos cada vez más en el lado de las energías renovables.
Ya se oyen voces que afirman que la crisis energética y el alto nivel de inflación podría afectar negativamente el auge de la electromoción. Incluso dudan del eventual abandono del “negocio de la combustión”. ¿Cómo evalúa usted la situación?
A veces, debido a hechos fortuitos –como por ejemplo, los altos precios en el surtidor– se cuestionan asuntos o se reclaman alternativas. Los precios, bien sea del combustible convencional o de la corriente eléctrica, son volátiles. Suben y bajan sin parar. FST tiene una visión clara: suponemos que el final de los vehículos con motores de combustión llegará hasta el año 2035, y entonces habrá un remanente para el mercado de repuestos. Si esta transformación de la técnica de transmisión dura un par de años más, básicamente esto no será determinante para nuestro plan de abandono. La cuestión determinante para nosotros es más bien cuánto tiempo podemos nosotros reflejar en términos económicos el “negocio de la combustión”. ¿Qué cantidad total de piezas habrá en este segmento del mercado? Al final deberemos decidir si y durante cuánto tiempo queremos seguir siendo activos en el negocio restante. Sin embargo, esto pasará en un futuro lejano.
Por ello seguimos con nuestra estrategia actual; así y todo, tenemos presente los posibles cambios de dirección. A medio plazo, la transformación nos va a llevar a una completa renovación de nuestra cartera de productos. Hasta el 2035 deseamos atender hasta el final a nuestros clientes en todas partes donde somos líder de mercado. Debido a nuestras estructuras de producción global, nosotros podemos adaptar nuestra capacidad de forma flexible y, en caso necesario, podemos prolongar aquí y allá la producción de los productos en cuestión. Pero sería bueno ocuparnos ahora de cómo será el futuro en las sedes donde actualmente fabricamos sobre todo productos para motores de combustión.

Tal transformación requiere inversiones: ¿Qué productos nuevos encontramos en nuestra cartera de innovaciones?
¿En qué mercados y segmentos se centra FST?
Disponemos de una amplia cartera de productos, que ampliamos de manera continua. Nuestro foco estratégico está dirigido desde hace cuatro años a las energías renovables y la electromoción. En este campo ha pasado un montón de cosas. Hemos avanzado notablemente en el área de membranas con la familia de productos DIAvent, que se ha convertido en un sistema modular. Aquí prevemos una alta facturación. Esperamos al menos 30 millones de euros hasta el 2025. Tiene un potencial a medio plazo de unos 100 millones de euros. Hemos recibido pedidos de producción en serie por parte de diversos fabricantes automovilísticos, pero también de productores de pilas.
¿Vamos a seguir produciendo DIAvent en el futuro solo en Reichelsheim?
En Norteamérica por ejemplo hemos recibido voluminosos pedidos por parte de Ford. Por ello vamos a producir DIAvent a escala mundial en diversas plantas: en EE UU, en China, donde los clientes ya nos han remitido las primeras consultas, y también en varias sedes localizadas en Europa. Por cierto, DIAvent es un buen ejemplo de cómo logramos desarrollar productos para nuevas aplicaciones listas para ser producidas a continuación en series a gran escala. De esta forma conseguimos sustituir componentes de fin de serie o líneas de producción completas.
¿Y qué hay de otras innovaciones?
Teníamos tantas ideas en la cartera de productos que tuvimos que reflexionar seriamente sobre centrar nuestro enfoque y fijar las prioridades. Son prometedores los productos destinados a la gestión térmica, por ejemplo desarrollos como los materiales pirorresistentes y las pantallas térmicas, pero también productos consolidados, como nuestras uniones enchufables Plug & Seal. Si bien es cierto que con el avance de los vehículos eléctricos perdemos una parte de nuestra facturación, sin embargo, podemos compensarla de forma satisfactoria. Por un lado, con productos completamente nuevos. Por otro lado, con el desarrollo de nuestros productos existentes, los cuales se emplean en aplicaciones distintas a vehículos de turismo, por ejemplo en la agricultura, en maquinaria para la construcción o en camiones y autobuses.
Hemos recibido pedidos de producción en serie de productos para aplicaciones de baterías cuya facturación potencial alcanza un millonario volumen de tres dígitos. Trabajamos activamente en componentes para la conducción de corriente de alta intensidad. Aquí tenemos muchos productos en predesarrollo y algunos han superado la fase de muestreo.


“Los objetivos mundiales en cuanto a la protección del clima están definidos claramente y son inamovibles. A largo plazo ninguna vía puede dejar de lado la sustitución de los combustibles fósiles ni las energías renovables. Estamos muy bien preparados en lo que a esto respecta y disponemos de un amplia cartera de productos”.
Claus Möhlenkamp | Chief Executive Officer
Freudenberg Sealing Technologies
¿Qué tecnología de sensores ofrecemos a nuestros clientes?
Con respecto a la tecnología de sensores, vemos un enorme potencial en numerosas aplicaciones, por ejemplo Wave Guide Antenna. Se trata de una antena para radares automovilísticos, por medio de la cual ofrecemos a nuestros clientes un verdadero valor adicional en comparación con las soluciones actuales –incluso a un precio más barato–. También para esta antena hemos recibido un pedido de producción en serie. Actualmente disfrutamos del lujo de recibir más encargos de los que podemos atender. Por supuesto que nosotros los tratamos con el debido esmero, fijamos prioridades y realizamos muchos de ellos.
Entre los productos con perspectivas de potencial figuran también las caperuzas de protección para pilas, las denominadas Cell Cap. Nuestro respectivo desarrollo está muy avanzado con proyectos para el Grupo VW, Mercedes y PSA, por nombrar algunos pocos. A esto hay que añadir un gran número de componentes clásicos. Como nuestras juntas para uniones solares enchufables, que producimos en Öhringen y suministramos al fabricante líder de uniones enchufables para instalaciones fotovoltaicas. De estas suministramos cada año entre 600 y 800 millones de unidades. En breve esta cantidad superará los mil millones. En fin, nuestra cartera de productos está muy animada. Para nosotros es importante que casi el sesenta por ciento de los encargos recibidos es para productos relacionados con las energías renovables o la electromoción.
Hablemos de la cadena de suministro global: ¿Ha pasado a la historia la escasez de suministro de microprocesadores o de materias primas, como el elastómero FKM, de los últimos años?
Los recientes cuellos de botella ya no son tan sustanciales. La situación se ha distendido algo y estamos trabajando en soluciones para su completa erradicación. Sin embargo, estoy seguro de que se producirán nuevos cuellos de botella. La anterior escasez de microprocesadores en la industria de la automoción nos ha afectado de forma indirecta. También nos ha afectado la carencia de contenedores para la logística de suministros mundial, o los exorbitantes precios exigidos por ellos. Grave para nosotros fue la escasez de elastómero FKM porque lo necesitamos como materia prima para muchos productos. Para el año próximo, un proveedor ha anunciado que no va a poder suministrar determinadas materias primas en la cantidad requerida. El siguiente cuello de botella es, por lo tanto, una amenaza. No obstante, trabajamos a marcha forzada para buscar alternativas apropiadas.
¿A qué se deben estas dificultades de suministro repentinas?
Los que ayer eran materiales disponibles sin complicaciones, de repente se hacen escasos por ser necesarios para nuevas aplicaciones, por ejemplo en la tecnología de las pilas de vehículos, y en grandes cantidades. La transformación hacia las nuevas tecnologías modifica drásticamente los flujos de demanda en los mercados. Debido a nuestra necesidad de cantidades relativamente pequeñas, dejamos de ser interesantes para algunos fabricantes. Algunas materias primas generalmente pasan a ser escasas y caras. Otras están sometidas a reglamentaciones o se prohíben por motivos medioambientales. A esto hay que sumar la tendencia a la desglobalización, la cual también va a afectar las cadenas de suministro. En otras palabras, tenemos que estar preparados para los cuellos de botella del año 2023.
Echemos un vistazo a China: Primero los confinamientos por la pandemia, después infecciones de coronavirus masivas, embarcaciones atracadas en los puertos, grandes perturbaciones en las cadenas de suministro, y encima tensiones políticas. ¿Cómo perfila FST su futura política empresarial en China?
Nuestro principio siempre ha sido producir en el país para el propio país. Esto es válido en Europa como también en EE UU y China. Cuando nosotros perfilamos el objetivo empresarial para nuestras plantas de producción a escala global, la exportación nunca fue lo primordial, sino al contrario. En realidad, nuestra cuota de exportación desde China es inferior al uno por ciento. En la creación de riqueza total en China, nosotros estamos exactamente allí donde queríamos estar. Nosotros compramos en el país las materias primas necesarias, producimos allí nuestras mezclas y componentes, y los vendemos a los clientes locales. En lo que a desarrollo se refiere, incluso podemos mejorar. Nuestra misión para el futuro reza “China para China”. Esto es válido también para la evolución en el campo laboral: para nuestra alta dirección y los puestos por debajo de ésta queremos tener gente local, ningún desplazado desde Europa o EE UU.
¿En qué mercados y sedes de producción adicionales en Asia tiene FST los ojos puestos?
Debemos considerar a Asia en todo su conjunto, marcar la diferencia y en los próximos tres a cinco años implantar y ampliar nuestro negocio en el Sudeste Asiático. En el próximo periodo estratégico, que arrancará en el 2024, ubicaremos un punto central en Malasia, Indonesia, Vietnam y Tailandia. Para nosotros, allí son importantes e interesantes no solamente los mercados. También existe un enorme potencial de mano de obra. En los países mencionados más arriba vamos a proceder de modo similar al efectuado en China y la India, o sea, abrir naves de producción y fabricar para los mercados locales.
A propósito, en el Sudeste Asiático no vamos a empezar de cero. Actualmente estamos presentes en Kuala Lumpur con un Service Center y operamos un Software Engineering Center. Junto con NOK, disponemos en Batam, Indonesia, de una planta de producción. Recientemente hemos ampliado allí la superficie de producción en 4.000 metros cuadrados. Esto nos da cierta holgura, pero seguimos estando infrarrepresentados.