La economía del hidrógeno ofrece a Freudenberg Sealing Technologies (FST) oportunidades que van más allá de las aplicaciones en la electrolisis y las pilas de combustible. El hidrógeno de ha de comprimir mucho para poderlo transportar de A B y almacenarlo. En este sentido, FST se centra actualmente en las juntas de alta presión de alta tecnología para compresores de émbolo.
Bajo las condiciones que existen en la Tierra, el hidrógeno es un gas incoloro e inodoro. Una de sus características es su bajísima densidad. Esto significa que el hidrógeno necesita mucho espacio, mucho más que, por ejemplo, el gas natural. Esta propiedad repercute en su transporte a través de gaseoductos o por camión en su camino desde el lugar donde se produce hasta el consumidor final. La “gran necesidad de espacio” también influye el almacenamiento intermedio así como el final en depósitos, tanto si es en una central térmica local, en una gasolinera o en el depósito de un camión propulsado por pilas de combustible.
A menos volumen a transportar o almacenar, más eficiente es la manipulación del elemento químico. Esto exige que, para ahorrar espacio, el hidrógeno se comprima a gran presión, a más de 1000 bar. Como comparación: Si comprobamos el aire de los neumáticos de nuestro vehículo en una gasolinera, el equipo de medición indica, por regla general, entre dos y tres bar. No hace falta mucha fantasía para imaginarse los enormes requisitos que han de soportar las juntas en los compresores, de forma ideal, estando en servicio por lo menos un año, hasta el siguiente mantenimiento sistemático.
“En los compresores para aplicaciones de hidrógeno comercializados habitualmente se utilizan diferentes tecnologías. En todas ellas hay componentes que podemos optimizar con nuestros conocimientos técnicos. Tras un intensivo intercambio con nuestros clientes, en la actualidad nos centramos, sobre todo, en aplicaciones de alta presión en compresores de émbolo”, explica Dominik Schneider, director del segmento de mercado Fluid Handling Technology Europa en Sales General Industry (GI).
En esta tecnología de aplicación muy flexible, para la compresión del hidrógeno, un émbolo se mueve arriba y abajo dentro de un cilindro. En esta operación, el hidrógeno no puede ni evaporarse ni penetrar en el material de la junta. Altas presiones, altas velocidades de deslizamiento con una alta presión de la junta sobre la superficie de contacto, así como las altas temperaturas significan, sobre todo, una cosa: alto desgaste, especialmente en compresores sin aceite, es decir, que funcionan en seco.

Ventajas competitivas
“En la actualidad no hay ningún sistema de sellado que cumpla con seguridad los períodos de servicio exigidos. Lo más importante es encontrar el material de sellado adecuado. En este punto también en FST tenemos que elaborar un concepto completamente nuevo. Pues, precisamente en ese tipo de aplicaciones de alta presión retadoras podemos servirnos de nuestros conocimientos técnicos en material, diseño y escalabilidad desde la producción de los lotes más pequeños hasta las grandes series. Estas competencias son nuestra ventaja competitiva”, dice Schneider.
Según el cual, otros factores alentadores para el éxito en el desarrollo de nuevas soluciones de juntas de alta tecnología para compresores son, en primer lugar, la estrecha cooperación interdisciplinaria con los clientes; en segundo lugar, la diversidad de posibilidades de realizar pruebas, ensayos y análisis con todos los métodos de simulación y cálculo asistidos por ordenador de los que disponen FST y Freudenberg Technology & Innovation (FTI); y, en tercer lugar, el intercambio de conocimientos y experiencias con las empresas del grupo Klüber Lubrication y EagleBurgmann.
Lo que ya está claro actualmente es: La junta del émbolo carecerá de sustancias químicas perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), que puedan dañar al ser humano y al medio ambiente.