
“Siempre quise trabajar como voluntaria, aportar algo útil y simplemente ayudar cuando la cosa está que arde”, dice Jessica Schmid, Talent Acquisition Expert en la sede de Freudenberg Sealing Technologies en Weinheim. Y “arder” en su caso no solo tiene un sentido figurado. Pues la joven de delicada figura corre hacia adentro mientras otros lo hacen hacia afuera: como bombera voluntaria entra en servicio junto con sus compañeros cuando hay que apagar incendios.
Entró a trabajar de voluntaria a través de su hermano. Se la llevó a uno de sus servicios para que echara un vistazo –y esa misma noche Schmid se unió como voluntaria–. Quedó encantada con el ambiente de solidaridad que se respira en la unidad de bomberos. Además le atrae la idea de imponerse en algo que mucha gente aún considera que es del dominio masculino. Y como a Schmid no le gusta hacer las cosas a medias, no solamente sube a los coches de bomberos, sino que también es vicepresidenta de la asociación de apoyo.
Los casi 10.000 miembros que forman la comunidad del Cuerpo Voluntario de Bomberos alemán tienen entre 130 y 150 intervenciones cada año. Para ella lo más destacado este año fue un fin de semana de formación en el que estuvo en un contenedor de prácticas con otros bomberos, mientras se enfrentaban al calor de un incendio real. Ella tuvo que identificar y apagar un fuego en una habitación totalmente oscura de este contenedor que imitaba un piso, ante la presencia de ignición de los gases acumulados bajo el techo. “Me lo pasé genial”, dice con ojos radiantes de emoción. Una cosa es obvia: Jessica Schmid ha encontrado su pasión.