Bob Bartley ejerce de IT Risk & Compliance Manager, Corporate Processes & Information Management (CPIM), en Freudenberg Sealing Technologies (FST) y aplica sus conocimientos profesionales también en la vida privada. Aquí él utiliza la metodología denominada ITIL, ya sea para planificar una granja, ya sea para sus carreras de coche.

Qué tienen en común la cría de animales exóticos, las carreras de coches y un departamento de TI eficiente? Desde el punto de vista de Bob Bartley, Manager de IT Risk & Compliance, todo esto se puede organizar usando un sistema conocido como biblioteca de infraestructuras de tecnologías de la información (del inglés ITIL, Information Technology Infrastructure Library). ITIL fue desarrollado en los años ochenta por el gobierno británico y sentó una base con la que fue posible optimizar la gestión de los servicios de TI. La versión más reciente, ITIL 4, contiene 34 aplicaciones de gestión que van desde desarrollo de software, pasando por valoración de la seguridad y del riesgo, funciones de asistencia técnica y gestión de la infraestructura, hasta llegar a análisis de negocios.
Bartley trabaja para Freudenberg desde el año 1999. Considera que los principios de ITIL pueden ser aplicados prácticamente en cada aspecto de la vida, y que con ellos es posible tomar decisiones, desarrollar procesos, hacer un seguimiento de los resultados y lograr los objetivos de forma mejor.
Primeros pasos
En estos últimos 14 años, Bartley ha sido la fuerza impulsora de la implantación de ITIL dentro de la organización de CPIM. Durante este tiempo, CPIM se ha valido de las denominadas mejores prácticas de gestión para de esta forma emplear los mejores métodos y ofrecer servicios IT estables. Como resultado se ha logrado una reducción de los fallos de IT, soluciones más rápidas y una mejor calidad de los servicios.
Aplicación en la vida privada
Pero también en la vida privada puede ser muy interesante aplicar ITIL, como bien sabe Bartley. En el punto culminante de la crisis financiera de 2008, él y su mujer, Patricia, decidieron modificar su estilo de vida de manera crucial. Querían mudarse al campo, reducir sus gastos y hacerse más independientes. Con ayuda de ITIL pasaron un mes en evaluar su situación y desarrollar una amplia estrategia que incluía la elaboración de presupuestos y análisis de riesgo. No dejaron cabos sueltos, analizaron absolutamente todo: desde patrones climáticos, pasando por las condiciones del terreno y los factores geológicos, hasta llegar a los animales necesarios, la infraestructura existente y los proveedores disponibles.

Como paso final, la pareja adquirió un rancho con una superficie de 100 yugadas (unos 250.000 metros cuadrados) en el flanco occidental de Texas, situado a 90 minutos del hospital o centro comercial importante más próximos. Se hicieron también de una selección de animales exóticos. Bartley los eligió por su pelaje, carne y capacidad de adaptación. Alojó en el rancho determinadas razas de cabras y ovejas, axis y antílopes indios de Asia, cabras montesas persas y ovejas bereberes de África, y asimismo, animales autóctonos como gallinas, ciervos de cola blanca, cerdos, pavos silvestres y dos perros domésticos.
“Naturalmente, teníamos que aprender un montón de cosas”, admite Bartley. “Además del cuidado de los animales, tuvimos que establecer colaboración con un veterinario especialista, una empresa privada de telecomunicaciones, una compañía de electricidad y un servicio de helicópteros para eventuales urgencias médicas. Teníamos pozo propio y empezamos operaciones de trueque con una explotación de acuaponía para completar nuestro huerto”.
Marcha a toda máquina
Los Bartley revisaban sus planes cada semestre y en el 2017 ya estaban preparados para un nuevo cambio importante en su vida. “Antes de comprar el rancho, yo había empezado a participar en carreras para no profesionales en vías públicas”, explica Bartley. “Además empezamos un negocio secundario dedicado a la venta de material para el deporte de carreras de coche y productos afines”. Lo que empezara como una afición, pronto se convirtió en una pasión y un negocio rentable. Sin embargo, la pareja se dio cuenta de que no era posible llevar el rancho bien y encima sacar el tiempo que necesita un equipo de deporte automovilístico exitoso. Echaron nuevamente mano de ITIL y desarrollaron un plan para vender el rancho y concentrarse más en el deporte automovilístico.

En la actualidad su negocio de deporte automovilístico ya cuenta con una cartera formada por 600 marcas y 100.000 productos. Los dos participan en carreras de forma activa, y con dos victorias y un segundo lugar, se puede decir que Bartley conduce desde 2017 solo por el carril rápido. La meta es simple, pero exigente: conducir lo más rápido posible … y seguro.
“Solo dispongo de un presupuesto limitado, por lo tanto tengo que saber todo lo de mi coche”, opina Bartley. Con tal fin, elaboró una tabla para su coche de carreras GT1 que contiene las especificaciones para cada pieza, incluso hasta el último tornillo y tuerca. Además, él trabaja con una detallada lista de control. Ésta es importante para asegurarse de cumplir las especificaciones técnicas de cada carrera. Después de la competición, él analiza los datos con el fin de mejorar su resultado. A él le gustaría superar su mejor tiempo individual de 208 millas por hora (335 km/h) y establecer un nuevo récord.