En varias sedes los campos de prueba de retenes Simmerring® son una pieza clave para la competencia tecnológica, la fuerza innovadora y la filosofía en materia de calidad de Freudenberg Sealing Technologies (FST). El mayor de estos está localizado en Weinheim. Este año dispondrá de nuevas estaciones de prueba y equipos adicionales. Central aquí son las aplicaciones destinadas a la electromovilidad.
Son diversos los motivos por los que los retenes Simmerring® son inspeccionados en una estación de prueba. Así por ejemplo, los prototipos y las primeras muestras tienen que demostrar su eficacia en condiciones similares a la realidad. ¿Resisten la presión, el frío, las salpicaduras, la suciedad, las vibraciones, la desviación del eje, el desplazamiento transversal o un alto número de revoluciones? ¿Dónde se encuentran los límites de utilización de los nuevos materiales y diseños? ¿Cómo es posible reducir el rozamiento y el desgaste? La respuesta la dan los ensayos realizados en el campo de prueba, que además proporcionan conocimientos importantes para la utilidad práctica de nuevas soluciones. Lo mismo es válido para los ensayos de recualificación en el curso posterior de la vida de un producto. “Nosotros intentamos siempre imitar la realidad en nuestras instalaciones”, manifiesta Robert Leins, director de campo de prueba.
Las aplicaciones para transmisiones y motores eléctricos plantean nuevos desafíos a los retenes Simmerring®. “Alta velocidad significaba antes una revolución de 10.000 vueltas por minuto (rpm). Actualmente, los ejes que se deben aislar en la electromovilidad giran a más de 30.000 rpm”, pone como ejemplo Robert Leins. En una nueva estación de prueba de alta velocidad, que ya ha sido encargada, en el futuro va a ser posible probar los retenes Simmerring® a una velocidad de hasta 36.000 rpm Es obvio que la junta se calienta fuertemente ante tales condiciones extremas. Gozan de gran demanda los lubrificantes con un elevado punto de inflamación. Pero en la electromovilidad normalmente se usan lubrificantes con propiedades diferentes a los empleados en las transmisiones convencionales de los vehículos de combustión. Están en auge los aceites de baja viscosidad y poca fricción. Con estos se puede aumentar la autonomía de los vehículos. ¿Estos lubrificantes de poca viscosidad “se llevan bien” con los materiales de sellado usados? ¿Funciona bien el sistema formado por el material y diseño de sellado, el eje y el lubrificante, tal como requiere la aplicación o exige el cliente? Todo esto se ha de ensayar detenidamente.
Por otro lado, las transmisiones eléctricas producen un efecto secundario no deseado. Para ilustrar este aspecto, Leins menciona el término especializado impedancia. “De modo similar sucede cuando usted camina por una alfombra inapropiada con unos calcetines inapropiados y entonces recibe una sacudida eléctrica al agarrar el tirador de la puerta. En las transmisiones eléctricas, los desplazamientos de carga entre el chasis y el eje pueden generar estas microsacudidas. Esto puede causar daños en los rodamientos de bolas, es lo que se denomina electroerosión o erosión de rodamientos”.
Para evitarlo, Freudenberg ha desarrollado una solución: el fieltro electroconductor eCON. Este fieltro hace de puente eléctrico entre el chasis y el eje y desvía las corrientes alejándolas del rodamiento. Para este fin puede ser integrado directamente en la junta –que es entonces, multifuncional–. “Nosotros ofrecemos juntas con protector contra descargas integrado”, explica Leins. “Podemos medir ahora esta función de descarga en el campo de prueba, y demostrárselo al cliente”.
Con este objetivo dispone FST una nueva estación de prueba y además equipa con esta posibilidad de medición adicional cuatro de las existentes –cada una de estas instalaciones consta de seis puntos de inspección distintos–. La nueva estación de prueba de alta velocidad también cuenta con esta técnica de medición.
Pero la cosa no queda ahí. También más allá de la electromovilidad, numerosas tareas están esperando a los nueve colaboradores del campo de prueba de Weinheim. Otras inversiones se dedican este año, por un lado, a una estación de prueba de aceites para aplicaciones industriales; por otro lado se dedican a una instalación que permite realizar pruebas de resistencia en gamas de temperaturas de −60 grados Celsio hasta +180 grados Celsio, como se produce en un horno.
Un destacado fabricante regional de maquinaria especial configura las instalaciones libremente programables y asistidas por ordenador de acuerdo a las necesidades individuales de FST. “En conjunto, nosotros reforzamos este año nuestra competencia en realización de ensayos en Weinheim de manera duradera, con tecnología altamente moderna, y para ello invertimos más de un millón de euros. Nos estamos preparando para el futuro. Esto recalca la valoración de nuestra gama de prestaciones y la alta relevancia que se le asigna”, explica Leins. A propósito, también por parte de los clientes de FST. Por su enorme competencia de comprobación y análisis, los fabricantes de automóviles, maquinaria y lubrificantes acuden cada vez más a FST.
